viernes, 18 de marzo de 2011

El Vanguardismo de Luis Palés Matos en su poemario “Tuntún de pasa y grifería”:

Luis Palés Matos (1898- 1959) en su poemario “Tuntún de pasa y grifería”. Encontró una fuente de inspiración en las costumbres tradicionales y psicológicas del negro y del mulato, para lo cual rescató sus propias vivencias de los años de infancia en Guayama y las plasmó con maestría plástica en sus poemas utilizando recursos muy variados como la onomatopeya, la alteración y la anáfora. La poesía de su último periodo creativo fue mucho más intimista y menos plástica.

El Instituto de Literatura Puertorriqueña premió su libro “Tuntún de pasa y grifería” en 1937. Su éxito trascendió las costas de Brinquen y todos los círculos literarios en las en las Antillas Mayores y los de Panamá, Colombia, Ecuador, Uruguay y Venezuela. Su talento y sensibilidad lo consagraron en su lengua sonora y onomatopéyica, que canta y pinta bajo el embrujo de las deidades africanas, el ritmo del Congo y el colorido de la raza negra antillana.

En su poemario “Tuntún de pasa y grifería” su obra aporta a la poesía “negrista”. El tema africanista en su producción poética muestra una evolución que va desde las influencias modernistas hasta una expresión completamente vanguardista, marcada por el uso de onomatopeya.  Representa el elemento africano que incluye el primitivismo y la sensualidad. Un punto importante del movimiento vanguardista es la búsqueda de lo nuevo. Sin embargo, a Palés Matos le gustaba y acostumbraba utilizar más lo clásico.
    
  La obra poética de Palés Matos alcanza proyecciones universales, aunque su mayor mérito descansa en la poesía negrista y tiene como trasfondo el testimonio claro del acontecer de la vida como se muestra en algunos ejemplos de poemas tales como:

Preludio en Boricua
Tuntún de pasa y grifería
y otros parejeros tuntunes.
Bochinche de ñañiguería
donde sus cálidos betunes
funde la congada bravía.

Con cacareo de maraca
y sordo gruñido de gongo,
el telón isleño destaca
una aristocracia macaca
a base de funche y mondongo.

Al solemne papalúa haitiano
opone la rumba habanera
sus esguinces de hombro y cadera,
mientras el negrito cubano
doma la mulata cerrera.

De su bachata por las pistas
vuela Cuba, suelto el velamen,
recogiendo en el caderamen
su áureo niágara de turistas.

(Mañana serán accionistas
de cualquier ingenio cañero
y cargarán con el dinero...)

Y hacia un rincón solar, bahía,
malecón o siembre de cañas?
bebe el negro su pena fría
alelado en la melodía
que le sale de las entrañas.

Jamaica, la gorda mandinga,
reduce su lingo a gandinga.
Santo Domingo se endominga
y en cívico gesto imponente
su numen heroico respinga
con cien odas al Presidente.
Con su batea de ajonjolí
y sus blancos ojos de magia
hacia el mercado viene Haití.
Las antillas barloventeras
pasan tremendas desazones,
espantándose los ciclones
con matamoscas de palmeras.

¿Y Puerto Rico? Mi isla ardiente,
para ti todo ha terminado.
En el yermo de un continente,
Puerto Rico, lúgubremente,
bala como un cabro estofado.

Tuntún de pasa y grifería,
este libro que va a tus manos
con ingredientes antillanos
compuse un día...

... y en resumen, tiempo perdido,
que me acaba en aburrimiento.
Algo entrevisto o presentido,
poco realmente vivido
y mucho de embuste y de cuento.

Danza Negra
Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.
Es el sol de hierro que arde en Tombuctú.
Es la danza negra de Fernando Poo.
El cerdo en el fango gruñe: pru-pru-prú.
El sapo en la charca sueña: cro-cro-cró.
Calabó y bambú.
Bambú y calabó.

Rompen los junjunes en furiosa u.
Los gongos trepidan con profunda o.
Es la raza negra que ondulando va
en el ritmo gordo del mariyandá.
Llegan los botucos a la fiesta ya.
Danza que te danza la negra se da.

Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.

Pasan tierras rojas, islas de betún:
Haití, Martinica, Congo, Camerún;
las papiamentosas antillas del ron
y las patualesas islas del volcán,
que en el grave son
del canto se dan.

Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
Es el sol de hierro que arde en Tombuctú.
Es la danza negra de Fernando Poo.
El alma africana que vibrando está
en el ritmo gordo del mariyandá.

Calabó y bambú.
Bambú y calabó.
El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tú.
La Gran Cocoroca dice: to-co-tó.

Majestad Negra
Por la encendida calle antillana
va Tembandumba de la Quimbamba.
Rumba, macumba, candombe, bámbula,
entre dos filas de negras caras.
Ante ella un congo -gongo y maraca,
ritma una conga bomba que bamba.
Culipandeando la Reina avanza,
y de su inmensa grupa resbalan
meneos cachondos que el gongo cuaja
en ríos de azúcar y de melaza.
Prieto trapiche de sensual zafra,
el caderamen, masa con masa,
exprime ritmos, suda que sangra,
y la molienda culmina en danza.
Por la encendida calle antillana
va Tembandumba de la Quimbamba.
Flor de Tortola, rosa de Uganda,
por ti crepitan bombas y bámbulas;
por ti en calendas desenfrenadas
quema la Antilla su sangre ñáñiga.
Haití te ofrece sus calabazas;
fogones rones te da Jamaica;
Cuba te dice: ¡dale, mulata!
Y Puerto Rico: ¡melao, melamba!
¡Sús, mis cocolos de negras caras!
Tronad, tambores; vibrad, maracas.
Por la encendida calle antillana.
Rumba, macumba, candombre, bámbula,
va Tembandumba de la Quimbamba.

En los poemas mencionados se presentan las características típicas del negro/ mulato que llegó a Puerto Rico como esclavo y luchó por su libertad.  

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